Maestros especialistas en Educación Musical y Licenciados en Historia y Ciencias de la música.
De Albacete y Valencia que coincidimos en la Universidad de La Rioja de donde nació esta, por ahora, pequeña propuesta.
Esperamos que os guste y sobre todo, ¡vuestros comentarios y aportaciones! Que así es como realmente aprendemos todos.

martes, 19 de agosto de 2014

Felipe Pedrell a través de López-Chavarri





Yaiza Isabel Salazar García


Partimos del texto que fue publicado el 15-11-1898 en la Revista Contemporánea1 (una de las principales revistas -junto con la de España- del siglo XIX de Madrid). En la redacción de sus artículos contribuyeron políticos, dramaturgos, poetas, sociólogos, músicos... De ahí que se tratase de una revista de carácter general y no ciñéndose a ninguna especialidad. Concretamente, el artículo a comentar se publicó bajo la dirección del Redactor Jefe y asiduo colaborador Don Rafael Álvarez Sereix.

El autor del citado texto es el compositor, crítico musical y arstico y profesor valenciano, Eduardo López-Chavarri Marco. Éste opta por tratar en dicho tomo de la Revista Contemporánea el problema de la ópera española, bajo el título de Música Española”, momento en que se intentan hallar los antecedentes del teatro español convirtiendo así, a los compositores de óperas y zarzuelas en los primeros musilogos moderados de España” ( La crítica musical en España en el siglo XIX. Montserrat Font y Jacinto Torres). La época clave es la segunda mitad del XIX, donde se encuentra precisamente esta crítica del autor hacia los modelos que se habían adoptado como propios” (los italianos) abogando por la tradición musical, en este caso concretamente, a PedrellNos vamos a centrar en un contexto un tanto especial para abordar este escrito, principalmente por el hecho que se está dando. En este momento, la segunda mitad del siglo XIX, convergen tres fuertes tradiciones nacionales operísticas: la italiana, alemana y francesa. El nacionalismo2 vinculó este género con corrientes políticas y culturales. 



El tema principal constituye el ya nombrado anteriormente ““el dificultoso problema” de la ópera española”. López-Chavarri, a lo largo de estas trece páginas, nos muestra como no fue factible que el denominado “género español” adoptara a la tremenda las obras extranjeras como propias -sólo por estar escritas en español, por ejemplo-, debido a que, no poseen ningún elemento nacional con el que nos podríamos sentir identificados, ni el sentimiento propio del autor. Para él, la verdadera esencia del pueblo se encuentra en las “melodías populares”, aquellas que Felipe Pedrell -compositor y folclorista- ya propuso a los compositores para sus obras. A través de la utilización de estos elementos del repertorio popular (canción3) consiguió así convertirlo en un símbolo representativo del alma nacional del pueblo y que plasma en Nuestra Música, considerada receta para la creación de música nacional.

Hasta el siglo XIX las críticas trataban el principal problema del que se nutrían las disputas acerca del estilo musical más adecuado que influiría en las composiciones del siglo XVIII. Tratamos este tema ya que, en el escrito, se hace referencia a que “texto y música deben formar en las obras teatrales un todo invisible”. Este tema fue abordado por autores italianos como Francesco Algarotti, Giovanni Mario Crecimbeni, Vicenzo Gravina, entre otros, que coinciden en que la decadencia de la ópera italiana había que uscarla en la separación del núcleo texto-música. Wagner, que creía en la absoluta identidad de una única idea dramática, subsanó esta ruptura en la tradición alemana con lo que denominó Gesamtkunstwerk (obra de arte total). En España se adoptó el modelo y los procedimientos italianos (ya que su difusión fue a escala planetaria) con todas sus consecuencias, esta fue una de ellas la cual forma parte de la crítica de López-Chavarri.


A partir de la exposición de este elemento fundamental a la hora de crear una ópera española, lo ejemplifica todavía más con la posible traducción del li reto Il Trovatore. Esta obra nadie la etiquetaría de española, al igual que muchas otras compuestas en el territorio cargadas de exotismos, subordinada a la puesta en escena de la acción dramática y a los efecticismos. Della Setta señala que existen códigos dramático-musicales para posibilitar una rápida y eficaz comunicación entre los diversos elementos –en conclusión: italianismos-, y puesto que cuentan con la ausencia del elemento principal y esencial para catalogar una obra como “española”: “del alma nacional que debían, ante todo, mostrar por todas partes".

Dentro del panorama operístico nacional debemos destacar al artífice del renacimiento nacionalista y defensor a ultranza de la música española inscrita en la tradición popular, Felipe Pedrell, y su obra más importante en este aspecto Los Pirineos, según López-Chavarri: “condensación del espíritu de una raza”. A partir de él y de compositores como Barbieri, Chapí, Giner, Granados, entre otros, se constituyeron las bases para comenzar un camino nuevo hacia la renovación del panorama musical español y que recogerían autores tan importantes como Falla y Albéniz.


Como conclusión, López-Chavarri opta y anima a continuar con el camino iniciado, sin dejar de lado la influencia Italiana, elemento importante como cualquier influencia a la que nos refiramos, pero con una identidad propia e ideales concretos en las composiciones. Critica por tanto el “apoderamiento” de las formas y procedimientos italianos como propios, dejando de lado el sentimiento nacional y los elementos que hacen relevante e igual de importante que las demás nuestra cultura.


Y os seguiréis preguntando el porqué de este texto. Hoy se cumplen 92 años de la muerte (Barcelona, 1922) del español Felipe Pedrell. Aquí os dejamos un pequeño resúmen de la historia de cómo se involucró en la música con su obra "Los Pirineos" y de qué manera influyó en compositores posteriores como López-Chavarri y el sentimiento popular para desatarnos de las "modas" impuestas por compositores de mayor prestigio europeo fundando. Fue músico, compositor (con quince años compuso "Stabat Mater" a tres voces) teórico y fundador de la musicología moderna en nuestro país.




         -1.   Fundada en la segunda mitad del siglo XIX por el cubano Don José del Perojo y Figueras.

        -2.   “Aunque el nacionalismo musical empezó en Alemania, la búsqueda de una voz autóctona independiente fue particularmente entusiasta en Rusia y en la Europa oriental, donde el dominio de la música instrumental austro alemana y la ópera italiana se percibían como una amenaza contra la creatividad musical autóctona.” Burkholder, J.P., Gout, D.J., y Pallisca C.V. (2011): Historia de la MusicOccidental. 8ª Edición. Madrid: Alianza Editorial.

        -3.   Pero el término “canción” no aparecería hasta la repercusión que supusieron las composiciones de Schubert y sus contemporáneos. En esta, los elementos principales eran la poesía lírica romántica, el interés por la cultura popular y las canciones.


martes, 5 de agosto de 2014

Santa Kassiani

La primera compositora, además de poetisa, de la que se tienen noticias es la bizantina Santa Kassiani (Constantinopla 810-867). En efecto, su relación con el mundo litúrgico y su condición de Abadesa -denominación distintiva que se atribuye a los religiosos superiores además de tratarse de un cargo electivo que le atribuye ciertas autoridad suprema en su monasterio y dependencias privándole de ejercer cualquier competencia en los actos espirituales delegados al Abad-, le permitieron desarrollar el arte de la composición. Muchas -y lo escribimos así, porque ya sabemos lo complicado que es atribuir “exactamente” una obra a un compositor determinado y más en esta época donde encontramos, y sabemos, que existe una gran cantidad de ellas que fueron nombradas de otros compositores e incluso catalogadas como “anónimas”- de sus composiciones se encuentran recogidas en los libros de canto litúrgico de la Iglesia Ortodoxa. Su obra consta de no más, aparentemente, de cincuenta Himnos. Las más conocidas son:

          -El tropario de Kassiani (https://www.youtube.com/watch?v=o259EH-XOZw y también en la biblioteca NAXOS: http://www.naxos.com/catalogue/item.asp?item_code=9.70039) contó con un mayor prestigio y actualmente es el más reconocido, quizá por sus interpretaciones en, por ejemplo, el encargo del Festival Bizantino celebrado en Londres en 2004. Su título fue atribuido por la anteriormente nombrada Iglesia Ortodoxa. En este caso, interpretado por un grupo de hombres que acompañan una voz principal también masculina.

Los primeros versos muestran ya a una mujer inmersa en el pecadoSintiendo su divinidad Señor, una mujer de muchos pecados” y que, a partir del segundo 43, podéis escuchar. Se trata de una confesión de María Magdalena -Lucas 7, 36-50- y que al parecer se asemeja bastante a la situación en la que se encontraba nuestra compositora, ya que según cuenta la historia, Kassiani fue rechazada como posible novia del emperador Teófilo por contestar a un comentario machista: Las mujeres son la fuente del pecado, lo que implica a Eva. Ella respondió: las mujeres eran la fuente de Salvación lo que implica María la madre de Cristo. Al verse rechazada por todos encontró su cobijo en Dios. Aquí os mostramos el texto:


Kyrie, i en poless amartiess
peripessoussa ghini,
estaño syn esthomeni theotita, myrophorou
analavoussa Taksin, odhyromeni,
mira si pro tou entaphiasmou komizi.
Imi! leghoussa, oti nyx millas iparchi,
akolassiass isstross,
zophodhiss te ke aselinoss,
eross tiss amartiass.
Dhekse mou tass pighass dhakryon tonelada,
o nepheless dhieksaghon tiss thalassiss a (h) ydhor.
Kamphthiti millas pross touss stenaghmouss
tiss kardhiass,
o klinass tous ouranouss, ti aphato sou kenossi.
Kataphilisso tous achrandouss sou podhass,
aposmikso toutouss dhe pallin,
tiss tiss kephaliss mou vosstrichiss;
on en a paradhisso Eva a dhilinon,
Kroton tiss Ossin ichithissa, a phovo ekrivi
Amartion mou ta plithi,
ke krimaton sou avissouss,
tis eksichniassi psychossosta Sotir mou?
Mi me estaño paridhis dhoulin pecado,
o ametriton echon a eleoss.


Este fragmento del recitado en griego bizantino, o como se denomina en los tropos la prosula habitualmente cantada por solistas y en notación neumática (ésta únicamente informa de la cantidad de notas que deben ejecutarse en cada sílaba y sí la melodía ascendía, se mantenía o descendía respecto a la anterior. Significa gesto) como el resto de la composición, aunque este término no adquirirá importancia hasta que el género no prolifere en los monasterios a partir de los siglos X y XI teniendo una importancia decisiva en el desarrollo de la polifonía. Los Himnos son los cantos bizantinos más característicos que obtuvieron mayor importancia en la Iglesia Oriental.

Hasta el momento nos encontramos ante un contexto bastante “agitado” en la Iglesia cristiana primitiva. Venimos de hechos tan destacados como que en el año 500 de Boecio nació De institutione musica, a finales del VII el establecimiento de la Schola Cantorum que junto a la ayuda recibida de los reyes francos y la codificación de la liturgia romana lograron el nacimiento del Canto Gregoriano. Además un siglo más tarde, Pipino ordenará el uso de la liturgia y el canto romanos. Mientras nuestra compositora se dedicaba a la vida litúrgica y la composición, se conocieron los tratados más importantes en cuanto al establecimiento de las primeras “leyes” sobre música: Música Enchiriadis y Scolica Enchiriadis.




           -Himno de Kassiani (podéis ver íntegro en este vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=DHIqvNngR2c), con las mismas características que ya hemos nombrado encontramos este himno. En este caso cantado por una mujer con un acusado uso del vibrato aparentemente característica importante dentro del canto oriental. Se trata de un recitado acompañado por una voz mucho más grave y monótona.

Yaiza Salazar García